Entre el 16 y el 20 de Junio organicé un taller de electrónica basado en Arduino para enseñar a futuros geeks de 15 y 16 años la programación de la placa y algo de electrónica analógica.
Acostumbrado al taller del Aula de Propulsión Escópica (Enero 2008), en el que me encontré a cuarenta y cinco personas adultas escuchándome en la primera clase, hubo que enfocarla de otra forma ya que los apenas ocho asistentes estaban pensando en las vacaciones de verano y en pasar el rato de una forma entretenida. Por ello fui a lo práctico sin dar demasiadas explicaciones teóricas, que ya se darían durante el desarrollo del taller.
Puesto que era una actividad optativa en el colegio, tuve la suerte de recibir a los chavales más ingeniosos y despiertos y aunque hay que animarles mucho más que al grupo de adultos, aprenden rápido y están acostumbrados a recibir clase.
Además, promocionar la Arduino por los ámbitos docentes es bastante interesante. Es una placa que por 22-25€ nos hace entender muy rápidamente la forma de utilizar un sensor, la potencia que tiene un microcontrolador, la utilidad de multiplexores, encoders, registros de desplazamiento... Por lo que he podido ver, la clase de tecnología que se imparte en E.S.O. y Bachillerato se podría basar enteramente en esta placa y se cubriría un espectro mucho más amplio, interesante y escalable de lo que se hace ahora.
Mucho se habla del pasotismo de los adolescentes y mucho puedo hablar de lo que he visto en la misma carrera de electrónica, donde una terrorífica parte del alumnado no tenía ningún interés ni le veía las posibilidades a nada, más allá de aprobar la práctica o el examen. No creo que sea culpa suya, ni de la televisión, Wii o Internet sino de que llegados al primer laboratorio de la carrera hay alumnos que no saben hacia qué lado se aprieta un tornillo. Es cierto que es difícil tener un cuarto en casa completamente dedicado al bricolaje y al D.I.Y. como fue mi caso, pero más vale un padre/tío/profesor geek, que, ilusionado por haber encontrado la forma de arreglar un vídeo, nos haga querer llegar a saber tanto.
Organizar talleres, concursos, páginas webs, blogs e incluso contribuir a la wikipedia son acciones que no reemplazarán a un padre comprometido con la educación, pero ayudará a que el hijo se pueda buscar la vida para aprender.
Animo a todo el mundo que sepa de algún tema a organizar cursos y talleres. Si no es suficiente realización el mero hecho de darlos, hay otras motivaciones como, por ejemplo, practicar el hablar en público o que queda muy bien en el C.V. Cualquier razón para contribuir a la comunidad de conocimiento libre me parece lícita.
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