Más sabe el diablo por viejo

Tras unos cuantos años ejerciendo de informático (programador, administrador, webero, etc.) he tenido la suerte de pasar a la industria y el cambio es tan radical que me da para un post.

La idea general es que en industria más vale el que más tiempo lleva. No vale más el que más ha estudiado, ni el que ha practicado en casa, ni el que en su tiempo libre ha hecho proyectos por su cuenta. Aquí el sueldo estratosférico del que lleva quince años está plenamente justificado, lo que en la informática tiene casi exactamente el efecto contrario.

Es chocante hablar con un tipo de 40 años sobre rectificadores trifásicos y que te suelte:

Claro que la masa es flotante, ¡eso es obvio!

La trifásica para mí ha sido muchas cosas pero obvia...

El jefe.

En programación, un experto puede llevar tres o cuatro años trabajando y cuando salen nuevas tecnologías tarda semanas en probarlas. Si sale un nuevo lenguaje, un nuevo sistema operativo para móviles o un nuevo entorno de desarrollo, se puede poner al día en un par de semanas o en un par de meses. Su jefe, el que lleva quince años trabajando y es manager, no sabe ni quiere saber de nuevas técnicas ni soluciones. Además, lo normal es que las aplicase mal.

En la industria, el que lleva tres o cuatro años es poco más que un becario (lo sería, si no hubiese tanta demanda de ingenieros). La industria es la misma que hace cinco años y si hay tecnología nueva, no tiene porqué usarla o ya le vendrá aplicada en los componentes que utilice para diseñar su sistema. Su jefe, el que lleva quince años trabajando y es manager, lo sabe todo sobre hidráulica, mecánica o documentación, porque aquí se aprende al toparse con los errores y un tornillo o una válvula ha cambiado bien poco desde que a él le tocó solucionar un problema parecido.

Aprendizaje.

Si un programador cambia de empresa puede ponerse a tirar líneas y a producir el primer día. Un industrial que lleva un mes aún no sabe de dónde sacar la documentación para empezar a trabajar...



Un programador puede ponerse en su casa a practicar con lo último en tecnología web desde su portátil de 499€. Un industrial lo tiene más difícil si quiere hacer experimentos caseros con materiales compuestos o aviones supersónicos.

Transcendencia.

En informática hay una base teórica creciente y un fondo que es capaz de generar discusión política (open source frente a sistemas propietarios), se plantean problemas filosóficos (heredados de las matemáticas), cuestiones sociales (OLPC) y surgen movimientos importantísimos (soft e ideas libres, wikipedia). Hay trasfondo más allá de las líneas de código.

En la industria hay plazos que cumplir y hojas de características. Creo que nadie ha escrito un libro comparando a Kirchoff con Jesucristo. Los números son discretos y finitos. El tornillo se aprieta en el sentido que diga la especificación. Punto.

Valía.

Un programador puede tener talento y hacer uso de la intuición en cada línea de código que escribe. Un buen programador se detecta a leguas y en dos minutos de conversación. Un ingeniero industrial utiliza mucho más la experiencia y se apoya más en el equipo, por lo que es más difícil destacar.

Habla con fulanito que es quien sabe de esto.

Conclusión.

Es un poco desesperante el cambio pero, la verdad, no es lo mismo ver una gráfica de uso de ancho de banda que un avión levantando el vuelo.